INVERTIR
EN LADRILLOS

Históricamente, en la Argentina, la inversión en propiedades ha sido una  de las principales alternativas a la hora de proteger los ahorros por varios motivos.

– Resulta una inversión segura ya que los valores inmobiliarios son estables, resistiendo el paso de las crisis económicas como la del 2001 y 2008. Esto se debe en parte a que las operaciones en su mayoría se realizan en efectivo, con dinero genuino y no con préstamos bancarios.

– Los costos de construcción siempre se mantienen lejos de los valores inmobiliarios, lo cual permite lograr muy buenas tasas de retorno dólares.

– Los valores inmobiliarios acompañan la inflación y están aún lejos de su techo, lo cual hace que esta sea una buena opción como refugio ante la inflación.

– Como los procesos de la obra requieren una inversión periódica, los inversores se benefician con la posibilidad de integrar sus aportes en cuotas sin interés. Es por eso que la inversión en ladrillos resulta una buena herramienta de ahorro y capitalización.

– Todo esto se enmarca en una estructura legal segura como son los fideicomisos, que se encuentran regulados por los arts. 1666 y siguientes del Código Civil y Comercial de la Nación.

– El fideicomiso permite que cada inversor sea dueño de los activos en los que invierte, que se pueden vender, ceder o heredar en cualquier momento (esto permite la salida inmediata ante alguna eventualidad)

FIDEICOMISO
AL COSTO

El Fideicomiso es la figura que utiliza el Estudio Larguía por las garantías legales que brinda tanto a inversores como a desarrolladores y constructores.

El Fideicomiso garantiza la operación ya que aísla los capitales aportados por los inversores, ya sea el terreno o el dinero, de manera que ninguna contingencia legal personal pueda afectar este fondo fiduciario.

Este modelo permite que los inversores puedan vender sus propiedades en cualquier etapa de la obra. Cuanto más avanzada está, mayor es su valor.

Se maneja como un consorcio, con un administrador o fiduciario, que se ocupa de contratar los trabajos, pagarlos y verificar su realización.